A lo largo del ciclo vital nos enfrentamos con numerosas
pérdidas. Los fallecimientos de padres, hermanos,, hijos, y de personas
allegadas, son quizá aquellas que primero nos vienen a la cabeza. También
vivimos pérdidas en lo afectivo, separaciones, personas que se van, pérdidas
físicas a causa de enfermedades, pérdidas materiales, etc. Los motivos de duelo
son numerosos y normalmente tras un período de vivir el dolor la pérdida se
acaba integrando.
Tal como dice el psicólogo y psicoterapeuta Carlos Odriozola,
autor del Proceso MAR para la elaboración
del duelo, el indicador que nos va a permitir saber si el duelo se ha
concluido es que la emoción actual con respecto a esa pérdida es el agradecido
recuerdo.
Si aparecen otras manifestaciones emocionales relevantes
como culpa, tristeza, insensibilidad, rabia, indiferencia, sentimiento de vacío,
manifestaciones psicosomáticas tales como ansiedad, angustia, depresión,
conductas hipomaníacas, o racionalizaciones que tienden a evitar el contacto
con el sentimiento, nos encontramos ante un duelo no elaborado.
Las consecuencias de un duelo sin elaborar, cuando ya han
transcurrido años desde el suceso pueden ser múltiples y en cualquier caso van
a suponer dificultades para que la persona avance en su autorrealización. Se
convierten en un obstáculo en el desarrollo de la persona.
En estos casos resulta muy recomendable realizar un proceso
de elaboración del duelo, acompañado por un terapeuta, que desde la terapia
gestalt con una orientación integrativa, nos facilite el cierre y el
surgimiento del agradecido recuerdo.
Ignacio Fernández
Terapeuta gestalt y bioenergético
(descarga aquí)
Artículo de Carlos Odrizola sobre el duelo
Visita la web de Espacio Humano para información del próximo taller del Proceso MAR para la elaboración del duelo.
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